domingo, 14 de diciembre de 2025

MONOGRAFÍA: El YOGA y la TRANSFORMACIÓN personal

 

"El YOGA es una disciplina FÍSICA, MENTAL y ESPIRITUAL originaria de la India que busca la UNIÓN del cuerpo, la mente y el espíritu a través de las posturas físicas (Asanas), ejercicios de respiración (Pránáyáma) y meditación.

Esta es una de las definiciones que se pueden encontrar en google, pero lo que no se encuentra en internet, es que comenzar el “camino del Yoga”, desde mi sentir, TRANSFORMA a las personas (si quieren, claro).

“TRANSFORMACIÓN” es la palabra que utilice en la primera clase que tuvimos cuando comenzamos el profesorado, donde nos pidieron a cada alumno que eligiéramos una palabra para ese momento de comienzo; sin saber exactamente por qué, pero algo dentro mío sentía que empezaba a transformarse.

Y así como utilice esa palabra cuando empecé, la lleve conmigo a lo largo de estos dos años, y la elijo hoy, finalizando el profesorado para desarrollar mi monografía, ya que, en lo personal, me parece muy poderosa y significativa. Sin ir más lejos, SHIVA es una deidad en el hinduismo el cual es venerado como el dios de la DESTRUCCIÓN y la TRANSFORMACIÓN, pero su papel de "destructor" no es caótico, sino que representa la RENOVACI´ÓN, abriendo espacio para NUEVOS COMIENZOS. Es una destrucción que lleva a que todo pueda ser CREADO NUEVAMENTE. Por eso mismo elegía la imagen de SHIVA como portada.

¿Por qué elijo como tema la transformación?

Porque a mi parecer, cuando uno empieza en el CAMINO del YOGA, inevitablemente se TRANSFORMA, puede ser rápida o lentamente, eso depende del proceso de cada uno, de la apertura de cada uno, de lo que tenga que APRENDER cada uno en su interior, y de sus tiempos, pero sin dudas, en uno o varios aspectos, la transformación va a suceder: para ver la LUZ que llevamos dentro, para despertar nuestra AUTENTICIDAD, para reconocer nuestros DONES, para cambiar la PERSPECTIVA, para sacar nuestro POTENCIAL, para empezar a vernos como un TODO, donde cada acción y cada decisión que tomamos influye en el exterior, generando así una red de ENERGÍA SUTIL EPANSIVA, que va desde adentro hacia afuera, energía que a la vez viene a nosotros en consecuencia de cada acción que realizamos, el llamado KARMA.

¿Y cómo las personas empiezan a transformarse?

 Porque se TRANSFORMA el miedo en amor, la culpa en aceptación, el enojo en perdón. Pasamos de lo tosco a lo suave, de la intolerancia a la paciencia, de la rigidez a lo flexible, de la duda a la claridad, de la separación a la unión, del EGO al ALMA, del bloqueo a la creatividad, de la inestabilidad al equilibrio, del apego al desapego, del desorden al orden, del ruido mental a la escucha interior, del juzgar a ser compasivos, de la inseguridad a la confianza, de lo inconsciente a lo consciente, de la quietud al movimiento, del victimismo a la responsabilidad, de la ignorancia a la sabiduría infinita, del egoísmo al servicio, de lo artificial a lo GENUINO…

Y así podría seguir una lista interminable de diferentes aspectos que se van transformando, tal como mencione, dependiendo del PROCESO o lo que necesita trabajar cada persona.

Y todos estos cambios van sucediendo porque en Yoga trabajamos con CUERPO FISICO, CUERPO ENERGETICO Y LA MENTE. Buscando un constante equilibrio en todas las áreas a través de muchísimas herramientas como el PRÁNÁYÁMA, los ASANAS, las técnicas de meditación, el movimiento, la naturaleza y sus elementos, los Chakras, Mantras, Ayurveda, Mudras, etc.

Y si bien son herramientas “DIFERENTES”, todas están conectadas entre sí, y en la medida que conectamos más con cada una de ellas, podemos OBSERVAR y SENTIR cómo no solamente las utilizamos en una clase de Yoga, sino que las llevamos a nuestra vida cotidiana.

 Gracias al profesorado pude conocer y llevarme muchísimo conocimiento más, a nivel corporal, emocional, mental, energético… en cada material leído siempre encontré algo significante, por ejemplo, en lo físico estudiar como cada parte de nuestro cuerpo, huesos, músculos, tejidos, articulaciones, órganos cumple una función específica, pero a la vez, trabaja en conjunto con las demás, NADA ESTÁ SEPARADO NI FUNCIONA SOLO. Así como lo maravilloso de la fascia que se asemeja a nuestros canales energéticos sutiles, formando hilos invisibles que se extienden por todo el cuerpo y se mueven con el mismo, en cada movimiento.  Y uno observa como cada tejido, musculo, etc. va cediendo un poco más en la medida que avanzamos en la práctica.

¿Y por qué algunos avanzamos más lento o más rápido? 

Justamente porque no es solo el cuerpo lo que influye en las posturas de Yoga, ahí están también nuestras EMOCIONES, nuestros miedos, nuestros pensamientos, lo que sentimos, como nos hablamos, las palabras que utilizamos…

Por eso LA UNION de TODO (cuerpo, mente y espíritu) es lo que se busca en Yoga, ya que, de alguna manera u otra, cada factor repercute en el otro. Todos influyen de alguna manera en el “resultado final”.

Mucho de la transformación tiene que ver también con otro de los temas que vimos, que es el SAMSKARA, donde abordamos los comportamientos, conductas o hábitos que tenemos, los cuales muchos de ellos no son propios sino que fueron adquiridos del mundo exterior desde nuestra infancia o algún momento de nuestra vida según la historia de cada uno, pero lo lindo de esto es que una vez que identificamos esos patrones repetitivos podemos trabajar para cambiarlos ¿y de qué manera? reemplazando ese “HÁBITO” por otro que sea elegido por mí y me traiga BIENESTAR o eleve mi ENERGÍA VITAL.

Por más pequeño que sea el HÁBITO que incorporemos, ya el solo hecho de hacerlo de forma repetida hace que naturalmente al menos una de las conductas que queremos “SOLTAR” vaya desapareciendo sola y sin esfuerzo.  Con esto aprendí también que es mejor y trae resultados más efectivos enfocarnos en lo que SÍ QUEREMOS LOGRAR.

En vez de enfocarse en una postura que “no sale”, practicar para lograrla.

En vez de buscar “bajar de peso”, enfocarse en comer saludable.

En vez de querer “dejar de procrastinar”, enfocarse en accionar.

En vez de apegarse “a no tener más ese problema”, enfocarse en lo que SI QUERES CREAR o que se manifieste.

Identificar qué CONDUCTAS o PATRONES traemos adquiridos y no elegidos trae un gran cambio de perspectiva en nuestra vida, no sólo porque lo leí, sino que lo experimenté en mi propio cuerpo. Cada vez que cumplo en una buena disciplina, cada vez que logro mantener de forma repetida una rutina de hábitos saludables, me siento con más energía, con más vitalidad, con más claridad, más flexibilidad, y en ese proceso siempre hay un patrón viejo que se desvanece solo. Y uno siempre va a buscar “volver” a ese lugar donde se siente en paz, en equilibrio, enérgico, vital, lleno de PRANA, ese lugar donde sentimos plenitud al darle amor a tu cuerpo y a tu ser. El objetivo es que eso sea LO NATURAL de cada día sin tener que “volver”.

Y el Yoga me nutre mucho en este aspecto, porque para que una postura que incomoda nos salga, para que lo tejidos cedan, para que la meditación sea cada vez más profunda, para vivir en presencia, la practica tiene que tener cierta CONTINUIDAD.

Si bien nada es mágico, cuando nos cumplimos y somos constantes, la magia sí sucede, y en lo personal, me parece muy emocionante, y también muy importante para avanzar es identificar cómo nos hablamos y las palabras que utilizamos, porque el hablarnos de forma negativa también es un patrón adquirido que podemos reemplazar pasando del “no puedo, no me va a salir nunca, no soy capaz, esta edad imposible” al “sí puedo, sí quiero, lo voy a lograr, soy paciente conmigo, estoy aprendiendo”

Otro tema importante que quiero destacar y que está sumamente relacionado es AYURVEDA, donde aprendimos que hay muchos factores de los cuales no somos conscientes pero que influyen en nuestra vida, en nuestra mente, en nuestro cuerpo, en nuestras decisiones. Ayurveda nos enseña que nos nutrimos no solo con el ALIMENTO sino también con lo que VEMOS, con lo que ESCUCHAMOS, con los AMBIENTES donde habituamos, con las PERSONAS que nos vinculamos, los LUGARES que frecuentamos… TODO esto repercute de manera directa en nuestros pensamientos, en nuestras emociones, en nuestras acciones, decisiones, es decir, influye directamente en la VIDA que tenemos y en las metas que queremos alcanzar.

En este sentido, me gustaría destacar que, en este último tramo del profesorado, donde tuvimos que llevar a la acción el rol de instructores, dude mucho de mí misma, de mis capacidades, me preguntaba, “¿quién soy para dar una clase?”. Y ahí ustedes, con sus palabras (nutriéndome), me fueron empujando a dar ese salto, a hacer un cambio de chip en mi mente que me limitaba, a verme de otra manera, a soltar el Ego que nos limita y a entender que no es quien soy para dar una clase sino desde que lugar lo hago y cuál es mi intención al compartir esta práctica con otro, entonces porque voy a limitar el amor que tengo para dar a los demás a través del Yoga teniendo la posibilidad de ayudar, así como me hizo tan bien a mí.

Entonces no es la pregunta: “quien soy yo para...”, sino más bien... ¿qué tengo para dar? ¿Qué quiero que los demás se lleven de una clase? ¿En qué puedo aportar?  

Sin duda, tal como dije al principio, el Yoga logró en mí una gran transformación, la cual sigue sucediendo y alimentando mi seguridad, mi creatividad, mi vitalidad, mi autenticidad, y sin duda, eleva mi estado de conciencia. 

 VALERIA GRUMAN  (Profesora de Yoga)

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