El NERVIO VAGO es el décimo par
craneal, uno de los nervios PRIMORDIALES de nuestro sistema nervioso, que sale
de nuestro CRÁNEO y de manera descendente recorre las VÍSCERAS de nuestro
organismo, formando así una vía de comunicación fundamental entre el estado de
nuestro ser orgánico interno (que no nos es palpable), y la información que le
llega a nuestro SNC. Alberga el 75% de las fibras parasimpáticas de nuestro
cuerpo.
Cumple funciones con cada víscera con la que toma contacto, formando una RUTA BIDIRECCIONAL de INFORMACIÓN, estando en cada extremo un receptor y a la vez un dador de información, de un lado una víscera interna y del otro el cerebro. Así la información del estado de nuestros órganos es leída por el nervio vago, transmitida a niveles superiores de procesamiento e integración de la información en nuestro cerebro, y desde aquí se toman acciones y cambios adaptativos necesarios, que son enviados de manera ahora descendente hacia nuestras vísceras, las cuales son ahora receptoras de nueva información.
Así el Nervio Vago ES UNA RUTA DE INFORMACIÓN, y podemos inferir en ella, poniendo la atención y con determinados ejercicios podemos lograr manipular esta información. Aquí toman relevancia las implicancias con la respiración, donde gracias al PRANAYAMA logramos modificaciones en nuestro SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO.
Esto se debe a que, al exhalar, la elevación del diafragma junto con la retracción pulmonar comprime la cavidad del mediastino, un espacio anatómico que alberga al corazón junto con su circulación e inervación. Al disminuir el espacio de esta cavidad, se genera un aumento de la velocidad del flujo sanguíneo que discurre en ella (un espacio más chico manejará ahora mayores presiones del circuito cerrado que es la circulación), lo cual es siempre censado por nuestro décimo par craneal (nervio vago), el cual transmite la información al cerebro (centro integrador superior) para que tome acciones al respecto. Para que no continúe subiendo la velocidad del flujo y con ello las presiones a nivel vascular, envía órdenes al corazón (a través nuevamente del nervio vago) para que lata más despacio (genera una disminución de la frecuencia cardíaca), a manera de compensar el sistema de forma fisiológica. Y todo esto generado en los segundos que nos tomamos para exhalar más tiempo del que inhalamos. Todo esto controlado de manera voluntaria por nosotros, utilizando la atención, la respiración, llenándonos de PRANA.
Este mismo comportamiento que genera
entre el sistema nervioso y los latidos cardíacos, aumentando o disminuyendo en
base a lecturas y transmisiones de información que realiza el nervio vago,
ocurre de igual manera entre todas las vísceras que inerva como el tracto
gastrointestinal, la laringe, el oído, amígdalas, útero, etc. Y estos órganos
internos puede estar inflamados, dañados o sobre estimulados de alguna manera
en el mundo moderno de hoy, este estado inflamógeno es censado por el Nervio Vago
y genera cambios adaptativos en el SNC tales como aumentar la temperatura
corporal a nivel hipotalámico (nos ocasiona fiebre al censar un cuadro
infeccioso para erradicar el gérmen), nos altera la percepción del mundo
externo (nos da fotofobia al inflamar las meninges), aumenta la necesidad de
dormir (para mejorar la recuperación de este estado patológico). Estos son
ejemplos de los cambios rápidos que toman lugar en nuestro cerebro y cuerpo
entero, gracias a las implicancias del Nervio Vago.
Trabajo realizado por Juan Francomano
(Segundo año - Profesorado de Yoga)
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